miércoles, 1 de junio de 2011

haberlo, haylo

A la performance, frente a la competence o competencia; o mejor al parsing o, digamos generalizando, procesamiento, frente a la gramática, les puede calzar el diálogo habido entre dos sujetos, entendemos que católicos de origen:
- Yo creo en Dios, algo que tiene que haber, pero no creo en la Iglesia.
-Pues yo no creo en Dios, pero creo en la Iglesia.
- ¿?
- ¡Los curas existen!
Aunque esté menos claro de lo que pudiera parecer, procesamiento de la señal tiene que haber -y ello incluiría, aunque algunos puedan ver más turbiedades que otros en este asunto, parsing sintáctico-; que haya gramática y que domine todo desde su atalaya apenas recursiva es ya teología.
Por eso, reducir la gramática al parsing es una tentación recurrente (Colin Phillips habló del modelo Parsing is Grammar, PIG, acrónimo que nos recuerda el lema famoso: Ich bin mehr Angst vor den Deutschen, wenn sie ohne Panzerdivisionen kommen), pero esta reducción es sólo una de las posibilidades con las que contamos.
De hecho, lo más interesante sería negar que el lenguaje sea recursivo e investigar cómo puede funcionar algo que no sea recursivo. La idea sería que hay un componente de contingencia insalvable en la posibilidad de procesamiento exitoso de una oración, que vendría determinado (cabe Matthews) por las oraciones procesadas con anterioridad.
El lenguaje, sus oraciones, no formarían un conjunto recursivo, ni recursivamente enumerable quizás. De hecho, cada cuál accedería a una colección de oraciones marcada hasta cierto punto por el orden en que se accede y por vaya uno a saber qué determinaciones. Dentro de esta heterogeneidad, habría una notable estabilidad, pero no sería total.
Adviértase, no obstante y para nuestro por si acaso, que esa colección de oraciones se conceptuaría como una muestra, y las muestras lo son de algo; con lo que el lenguaje y la gramática que han salido por la puerta, entrarían por la gatera.
Salvo si no hubiera gramática y tampoco hubiera procesamiento lingüístico, que éste fuera tan de bricolage que le valiera todo. Que la gramática y las grandes regularidades y las grandes prohibiciones surgieran de un pequeño componente formal del procesamiento, tan mínimo y minimalista que se disolviera como gominolas en la lluvia.

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